Click here for Myspace Layouts

domingo, 9 de septiembre de 2007

En la búsqueda de una conciencia ambiental

En su empeño por mejorar las condiciones de vida, casi todos los pueblos, paradójicamente, disminuyen sus posibilidades de alcanzar una vida mejor. Cuando se cosecha o se utilizan los recursos naturales de esta tierra - suelos, bosques, vida silvestre, agua, aire, minerales, etc.- a menudo se reduce la cantidad total de tales recursos tanto como la capacidad de la tierra para reproducirlos. Así en el apuro por impulsar los procesos de desarrollo, frecuentemente las poblaciones dañan la capacidad que tiene el medio ambiente de satisfacer todas sus necesidades y deseos. Hay erosión del suelo, van desapareciendo los bosques y la vida silvestre, se van contaminando las aguas y el aire con desechos industriales y humanos. Estos y otros problemas ambientales se presentan a nivel internacional, pero desgraciadamente los pueblos no han podido aún resolverlos.

La dificultad no se debe a una falta de comprensión de los problemas, ni a una falta de soluciones. Para controlar la deforestación, por ejemplo, se puede disminuir el ritmo de la tala, o se pueden sembrar nuevos ejemplares. Para reducir la erosión, se puede arar en curvas de nivel, cultivar en franjas o plantar cortinas rompevientos. Para prevenir la desaparición de la fauna silvestre, se puede controlar la cantidad de árboles talados y mantener el habitat de los animales.

Sin embargo muchos problemas ambientales quedan sin resolver. A veces esto ocurre porque no existe una conciencia del problema ambiental o, habiendo tal conciencia las personas afectadas no saben hasta qué punto el problema les afecta ni cómo resolverlo. Aún cuando se entiende el significado de algún problema ambiental y se conocen las soluciones, las personas afectadas pueden pensar que la acción a tomarse no compensa los sacrificios financieros ni de otra índole que son necesarios realizar. Al enfrentarse a fuertes presiones financieras o políticas, las personas hacen lo que les parece mejor para su propio beneficio. Tal vez escapan a las consecuencias a corto plazo, pero si disminuye la capacidad del medio ambiente de satisfacer las necesidades del mañana, sus intereses a largo plazo inevitablemente sufrirán.

Para ello la educación, en sus dimensiones formal, no formal e informal debería contribuir a una toma de conciencia más realista de nuestra situación en el planeta. La formación de personas capaces de interpretar el mundo de formas menos parciales o sesgadas y dando más importancia a los derechos de otros seres humanos y de la propia naturaleza, debería ser una meta para capacitar a los ciudadanos y a los diversos sectores a los efectos de contribuir a la modificación de aquellas políticas desacertadas, basadas en intereses económicos y políticos de corto plazo.

Disfrutar del paisaje y de la paz que nos brinda implica la práctica cotidiana de una cultura de respeto hacia la naturaleza.

No hay comentarios: