El último derrame petrolero en Brasil es el segundo de gravedad en lo que va del año y uno de los peores desastres ambientales en el país y en Latinoamérica en general.
El accidente se suma a varios ocurridos en los últimos años en Latinoamérica y otras partes del mundo, en la que la naturaleza se ha visto seriamente afectada.
De hecho, el derrame sobre el río Barigue, un afluente del río Iguazú, vuelve a poner en el tapete el debate sobre la seguridad ambiental en los proyectos económicos.
¿Ganancia o responsabilidad?
Los organismos defensores del medio ambiente, acusan muchas veces a gobiernos y empresas de impulsar proyectos económicos en desmedro del medio ambiente.
Hay quienes defienden, por su parte, que las necesidades de desarrollo de los países del tercer mundo hacen que los mecanismos de control ambientales no sean muy estrictos.
Otros, por el contrario, afirman que se debe buscar el equilibrio entre desarrollo y medio ambiente y que los controles que se quieren imponer sólo impiden el desarrollo, sin dejar de comprometer al medio ambiente.
¿Están cumpliendo nuestros gobiernos con su deber de proteger el medio ambiente?
¿Existe equilibrio entre la necesidad de desarrollo de los países y la necesidad mundial de preservación del medio ambiente?
¿Son adecuados los mecanismos de prevención de desastres ambientales?
¿Son suficientes los castigos que se imponen a las empresas que incumplen las normas ambientales?
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